lunes, enero 16, 2006

Desde antes de que acabase el año -¡desde antes de que acabase el año!- nos inundan las listas de todos los medios, revistas, portales y programas de radio con sus elecciones particulares sobre lo que ha dado de sí 2005. En mi caso hace tiempo que tengo claro lo de no publicar listas de final de año, ni colaborar en listas de otros. Es como en política: mientras no haya listas abiertas no me creo a los partidos. En música, mientras no se publique la lista personal de cada colaborador (como hace la revista francesa Magic), la lista general de cada medio me seguirá pareciendo injusta e incompleta. Por mi parte, procuro no hacer listas por lo que tienen de categórico, de sentar una cátedra con cimientos movedizos (¿quién ha escuchado y ha podido valorar con rigor todos los discos que se han editado ese año?).
Me ha gustado la introducción de Nando Cruz al repaso de lo mejor del año en Rockdelux. Reconoce lo arriesgado y lo arbitrario de la elección, asume sus lagunas y su falta de perspectiva. En esas condiciones, me parece perfecto y, por supuesto, muy divertido lo de jugar a las listas.
Lo que da qué pensar es su comentario sobre Rockdelux, diciendo que es "una revista de ideas, no de tendencias". ¿Hay algo más "de tendencias" que dedicar treinta páginas a destacar lo mejor del año que acaba?
Nando apostilla su comentario con un curioso "(je, je...)" entre paréntesis. ¿Se ríe porque piensa que Rockdelux es, en realidad, tan "revista de tendencias" como cualquier otra? ¿O se ríe porque considera que Rockdelux está por encima de las revistas de tendencias, al ser una revista "de ideas"? Es decir, ¿se ríe de las revistas de tendencias (habitualmente muy risibles, es cierto) o se ríe de Rockdelux?
Mientras pensamos sobre ello, seguiremos luchando (Nando también) por la dignificación de las ideas y por la popularización de las ideas dignas, sean o no carne de "tendencia".