martes, septiembre 09, 2008

Desde hace años -sobre todo gracias a la lista Fempunk y a la gran experiencia que fue el primer Ladyfest español- me interesa el tema del que trata un libro estupendo que ronda estos días por casa: "La perspectiva de género y la música popular: dos nuevos retos para la musicología" (KRK Ediciones, Colección Alternativas). El libro lo ha escrito Laura Viñuela, y a pesar de algunos pasajes especialmente áridos (está enfocado desde una perspectiva musicológica muy académica), es una lectura por momentos interesantísima y muy bien expuesta.
Para muestra, un botón: comentando el artículo "Rock and sexuality", de Simon Frith y Angela McRobbie, Viñuela disiente con los autores cuando "dan por sentado el carácter liberador de la identidad subcultural para los chicos". Por contra, ella opina que "esta libertad es también aparente. Las subculturas se consideran un fenómeno exclusivamente juvenil, tanto para los chicos como para las chicas, lo que implica que en algún momento deberán abandonar esta etapa rebelde y sentar la cabeza. En este sentido, la libertad masculina lograda gracias al desarrollo de una identidad subcultural subversiva es temporal. Los estereotipos conservadores de la masculinidad no desaparecen, simplemente permanecen latentes".
Vamos, que ellas están mal, sometidas y alienadas, pero por lo menos se dan cuenta.

2 Comments:

At 10:50, Anonymous Anónimo said...

Esto que dice Viñuela es así en muchos casos (empiezo a ver a bastantes indies de mi adolescencia "sentando la cabeza", signifique eso lo que signifique, y de esto habría mucho que hablar, pero ahora no toca), pero no en todos (verdad de perogrullo que acabo de soltar, pero necesitaba hacerlo).

También quiero decir que en muchos casos, los que ahora están "sentando la cabeza", tampoco es que antes fueran una especie de temibles rebeldes subculturales. Lo indie (ciñéndome a la subcultura que más conozco) suele ser una cuestión más... estética que otra cosa en mucha gente. Cosa comprensible, al menos por mí: eres adolescente y buscas identificarte con algo a toda costa. El problema es que se acabaron identificando con camisetas a rayas, Adidas Gazelle en los pies y bares rancios donde ponían a los Charlatans una y otra vez.

Para centrarme en la cuestión del género, que se me va la pelota y me pongo a divagar, no hace falta salir de las subculturas para observar cómo los estereotipos conservadores de la masculinidad no es que estén latentes, sino que están presentes en toda su gloria. Al menos en España. A veces me pregunto si la escena indie de otros países habrá logrado crear realmente, en mayor o menor medida, un espacio ideal de igualdad en cuestión de género. Por que lo que es aquí, lamentablemente, salvo contadas y honrosísimas excepciones, sigue predominando el pelo de la dehesa. Eso sí, ahora modelado en un flequillo muy cool.

 
At 17:49, Blogger la señorita rottenmeier said...

Cuando pienso en alguien sentando la cabeza me vienen a la mente imágenes muy barrocas que precisamente contradicen lo que la expresión sugiere.
Quizá debería decirse "asentar la cabeza".

 

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