martes, marzo 23, 2010

Estoy leyendo, como tantísima otra gente últimamente, el libro El Ruido Eterno de Alex Ross. La traducción es de Luis Gago, y lo explicito porque no suele ser habitual encontrar un libro sobre música bien traducido. El libro es interesantísimo y se lee volando. Puede ser árido por momentos para quien no sepa lo que es un acorde de séptima disminuida o una escala diatónica (lo es incluso para quienes tenemos formación clásica), pero en su mayor parte es ameno, fácil de leer y muy interesante. Si me hubiesen contado así la música clásica en su momento (ver la cita de Llorenç Barber aquí), es muy probable que hubiese seguido unos años más en el conservatorio y seguro que habría acabado la carrera. Lamentablemente, en mi juventud no había un equivalente del Rockdelux o del Ruta 66 que contagiase ese entusiasmo por los clásicos contemporáneos. Y mira que me gustaba tocar a Bartók.
En el capítulo dedicado a Jean Sibelius, el autor cita a Morton Feldman. En una conferencia que dio en 1984 en los cursos de verano de Darmstadt, Feldman dijo a los estudiantes allí presentes: "las personas que pensáis que son radicales podrían ser en realidad conservadoras. Las personas que pensáis que son conservadoras podrían ser en realidad radicales". Y, siempre según Alex Ross, empezó a tararear la Quinta de Sibelius.
El otro día hablaba con un amigo sobre las vanguardias. Mi amigo, un intelectual de reconocido prestigio (en realidad, amigo de un amigo), criticaba a gran parte de las vanguardias actuales por su desconocimiento del pasado más reciente. No se puede hacer vanguardia con fundamento, decía, si no conoces la historia de las vanguardias y sabes cómo hemos llegado hasta el discurso actual, qué es lo que nos ha traído hasta aquí. Entonces yo, que no puedo evitar llevar la contraria aunque sea sólo por puro placer intelectual, le rebatí: pero entonces, ¿estás diciendo que hay que respetar la Tradición de la Vanguardia? ¿No estás, de hecho, defendiendo una postura reaccionaria y conservadora, convirtiéndote en un conservador de las vanguardias ya canonizadas?
No recuerdo ni qué me contestó ni si seguimos la discusión por ese camino. Sólo recuerdo que pedimos otro gin tonic y acabamos hablando de la nostalgia del Mediterráneo, de las mujeres y del Real Madrid. Fue una noche muy bonita.

6 Comments:

At 15:24, Blogger Elena Duque said...

No sabía que hubieses estado en el conservatorio! Eres un pozo sin fondo, tu.
Hablando de lo que dice tu compañero el intelectual, pues te apoyo, y no sólo por esa paradoja de seguir la tradición de la vanguardia, sino porque la ruptura está en otro sitio y no en el conocimiento de la historia. Y porque no hay un modelo a seguir, el genio puede ser del todo naïf, o ser también un intelectual.
Y con respecto a Barber, ya lo creo que si. Cuánto me ha costado desaprender en la vida!

 
At 01:53, Blogger joan said...

Pues sí chica, diez años de mi vida, y aún no he podido desaprender aquello...

 
At 19:52, Blogger Daniel de la Mancha said...

Me ha encantado esta entrada, y es que pocas veces se habla de música clásica por los blogs de música popular. Yo no se mucho del tema, pero si que he curioseado un poco, y siento muchísima interés por la historia de la música occidental. Me gusta sobre todo las discusiones filosóficas, los planteamientos y posiciones que tomaban cada uno de los compositores frente a sus obras, que por otro lado creo que podrían ser validas para entender distintas posturas y actitudes en el pop. Y ya sé que el pop no es hijo directo de la música clásica, pero si no lo es, al menos si que debe ser su sobrino lejano.
Y puestos a discutir por el placer de discutir, conocer una tradición y respetarla no tienen porque ser lo mismo ¿no?
En ese sentido creo que tanto tu amigo como tu podríais tener cierta razón, eso si desde la más absoluta ignorancia de las vanguardias actuales.
Estaría bien encontrar un blog que fuera para todos los públicos sobre estos temas. Igual tu me puedas recomendar alguno...
Un saludo

 
At 19:28, Blogger joan said...

gracias Daniel! la verdad es que no te puedo sugerir ningún blog, de hecho últimamente tengo poquísimo tiempo para seguir las actualizaciones de los que suelo seguir...

 
At 23:40, Anonymous Antonio said...

Hola, me ha gustado el tema que se expone y pienso que más que desaprender, de lo que se trata es de conocer la tradición precisamente para poder innovar, si no se conoce la tradición existirá el riesgo de repetirse. Un instrumentista puede improvisar bien precisamente cuando domina al máximo todas las formas de tocar su instrumento. O, dicho de otro modo, más que desaprender se trataría de romper normas o pautas establecidas. Pero, claro, no puedes romper las normas si no las conoces. Y a su vez, si has conseguido romper con las normas habrás logrado crear otras nuevas (poquísimos consiguen tal cosa) que de nuevo serán rotas por la siguiente generación de vanguardias. Así funciona, creo yo.

Por otro lado, y guardando cierta relación, a mí me fastidia mucho, p. ejem, cuando la gente rechaza y ridiculiza las nuevas modalidades de arte de vanguardia. Pero creo que se debe a que la formación que tienen al respecto llegó a penas al Renacimiento. ¿Cómo se puede valorar a Marcel Duchamp, p. ejem, si una gran parte de público sólo recibió una educación hasta Velázquez o Picasso, si su educación posterior ha venido, con suerte, sólo de parte de una sección del telediario? Falta una conexión entre lo nuevo y lo viejo, un reciclaje educativo que permita ver el conocimiento como un continuum evolutivo que se construye piedra sobre piedra, sin dar saltos que luego pueden hacer incomprensibles las vanguardias, sobretodo al gran público.

 
At 00:46, Blogger joan said...

gracias Antonio, qué interesantes tus reflexiones, estoy de acuerdo en todo

 

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