lunes, febrero 04, 2013

"El Sonotone de Palma era un antro. El escenario estaba a metro y medio de altura y se accedía a él por una escalera de madera destartalada. Detrás del escenario había un camerino sucio pero con una ventaja: tenía un baño para el grupo. Al menos, no tendría que hacer cola para ir al baño de la sala antes del concierto, algo de lo más odioso. Los monitores tenían poca potencia y el equipo de la sala era una auténtica mierda. Pero no nos importó: el local estaba lleno, era sábado por la noche y Mallorca nos encantaba (...).
La gente de la península nos preguntaba, incrédula, por qué tocábamos en Mallorca; lo normal es que las giras de los grupos no pasasen por la isla. Primero, porque nos llamaban para tocar, lógicamente. Y segundo, porque adorábamos Mallorca. El promotor siempre nos ponía en un hotel aceptable en la playa, con habitaciones individuales, y nos invitaba a una comida fantástica. Y, además, estaba el público, muy entusiasta. ¿Qué importaba si solo funcionaban algunos monitores y las luces se apagaban? Los mallorquines se lo pasaban en grande, y a nosotros nos encantaba su forma de ver la vida".

Extracto de "Postales negras", la autobiografía de Dean Wareham (la traducción es de Tito Pintado), editada por Libros de Ruido en 2012.
Todo lo que dice Dean en el primer párrafo, hasta el último detalle, es rigurosamente cierto. Lo bien que lo pasábamos también es absolutamente fidedigno.

2 Comments:

At 19:06, Blogger Pedro Trotz said...

Mucha roña en la Sonotone :)

 
At 11:47, Blogger muzzol said...

Si ens donassin un totxet per cada cosa que li devem a la Sonotone tendríem el Palau de Congressos acabat.

 

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